Tardes espectaculares

Días como el antier o ayer son para mí un castigo terrible. Camino bajo el sol más bravo y me quemo la cara. Mientras tanto en las emisoras tropicaloides agradecen al creador por la bendición y rinden homenaje a Amón Ra con este estribillo: «¡Está haciendo una tarde espectacular un sol radiante hoy en Bogotá! Calorcito para que comencemos a movernos con este éxito de…».

Mientras tanto añoro la llovizna que cayó en la madrugada del miércoles y que me arrulló al dormir.

Sí. Me gusta ver las nubes grises sobre las montañas. Me gusta el frío que hace justo antes de llover y que si se prolonga es cada vez más frío, increíblemente más frío. Pero da tiempo para regresar a la casa a echarse entre la cama y tomarse un café o un chocolate. Incluso en esos días de mucho frío pero en los que al final no llueve, si sale el sol a eso de las cinco de la tarde es la luz más bella que puede verse y la tibieza más decente…

Pero no, los paganos adoradores del sol prefieren esas temperaturas ridículas, tolerables en otros lugares de la geografía nacional ―en la costa, cerca de los ríos― pero nunca aquí donde el sol atenta contra nuestra epidermis. Bonito sí, que ahora se ven harto las niñas con falda y blusas que muestran el hombro… bonito y ya.

P.S. Después de la rabonada que le hicieron al Celta, otra vez está en primera. Era natural.

6 Responses to “Tardes espectaculares”

  1. Diego Monroy Says:

    Difiero de su apreciación Miguel.
    Para mi no hay nada mejor que poder salir sin saco, escuchando música y poder echarme el sepimazo desde el centro hasta donde me aguanten los pies!.
    Saludos

  2. Sancha Says:

    hola miguel.
    La verdad es que nunca he estado en bogotá, y en lisboa, la altitud es muy poca, quizás por eso, a mí tanto me encanta los 36ºgrados que ha estado hoy por aquí, como las tardes en que casi llueve y hace frio…

    Besitos

  3. Juglar del Zipa Says:

    Es que Lisboa es una chimba y ya. :D

  4. Kunstmacher Says:

    Ud. como jode… untese protector solar y elimine un poco de su capa-termoaislante natural para que disfrute del dia… ja ja ja

  5. Chica Says:

    Yo sí comparto con Miguel esa preferencia por el frío bogotano, odio el calor, odio el dilema entre ponerme una camiseta sin mangas a lo calentano o sudar todo el día y enervarme, odio quemarme en Bogotá (al menos en la costa quedo morenita, acá quedo con el quemado boyaco: roja a pedazos).
    Además nosotros crecimos en un clima lluvioso, de chaquetas, paraguas, botas, chimenea y bebidas calientes, y a mi eso me hace muy feliz.

  6. Juglar del Zipa Says:

    Este particular se une a las tantas melancolías infundadas del bogotano: “cuando en la ciudad no había tanto calentanto”, siempre ha habido, sólo desde hace 15 años hay más bogotanos nacidos en Bogotá que extranjeros; “cuando en la ciudad se usaba sombrero”, en Bogotá, en Chicago, en Londres y allá también dejaron de usar; “cuando en Bogotá se hablaba cachaco y no esa cosa”, será porque antes todos eran divinamente, etc. De la misma manera, por alguna razón, parece que antes hacía muchísimo más frío que ahora a juzgar por las pintas de las gentes y por “lo que dicen los abuelos”. Igual en Bogotá todavía hace frío y es rico y no sé si cuando vivía el Zipa al que le canto también había horribles días de sol y “altas” temperaturas.

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