Obras
Cuando estaba en seminario de tesis, Diana Bonnett me decía, con su manera cariñosa de regañar, que las fuentes son lo más importante en un trabajo de historia. No creo que sean en realidad lo más importante, pero nadie duda de que son definitivamente importantes: precisamente por no haber tenido un acervo documental definido en el momento de hacer mi proyecto, este quedó cojo.
Vale la pena preguntarse, sin embargo, si las fuentes tienen que ser el trabajo mismo. A veces algunos títulos de obras de historia dan la impresión de que solamente se centraron en las fuentes. A veces el título es sencillamente el tipo fuente. Entonces terminan teniendo un tufillo más bien jarto que a veces parece positivista y a veces crítica textual sin más. Me refiero a esas obras que seguramente escribiré cuando sea grande y serio, cuando logre reunir un vasto conjunto de documentos. Por ejemplo, Javeriana, amplio, ubicadísimo, recibo vehículo, venpermuto: Los avisos clasificados de finca raíz en Chapinero en El Tiempo, 1983-2002.
November 9th, 2006 at 10:25
lo que pasqa, querido, es que esa es la historia que le suena interesante a muchos de quienes dicen “ay, tan rico, yo hubiera querido estudiar eso”. ahora que lo pienso, no sé cuál será la antropología que les gusta a los de “¿antropología? tan bonito”. cuando lo averigüe me haré rica, mientras tú escribes tu best seller “transformaciones en la publicidad de neveras en revistas de circulación nacional, 1975-1995″. saludos…
November 9th, 2006 at 16:26
Ah, las fuentes… ni modos. Desde luego, no son todo el trabajo, pero entre los historiadores, esas cosas se toman muuuy en serio.
Hace algunos días estuve en una conferencia de una señora que estudia la manera como las técnicas nuevas de manejo de información están afectando la manera de desempeñar distintas profesiones, y decía que los más reacios a utilizar grandes corpus electrónicos de información (de cualquier tipo) eran precisamente los historiadores y ciertos científicos sociales, que ella llamaba “Truffle Hunters”. Según ella, este tipo de profesionales están muy orgullosos de su olfato y recursividad para encontrar un pedazo de papel viejo que se está desintegrando desde hace décadas en un archivo olvidado. Para ellos, entonces, utilizar cosas digitalizadas, grandes bases de datos, y, horror de los horrores, motores de búsqueda, es anatema. Aunque, claro está, sólo los de vieja guardia se atreven a ser totalmente radicales en eso.
November 9th, 2006 at 17:32
lanark:
¿quién era la vieja? la sistematización de la información es sumamente importante. uno de los problemas de mi carrera es (o fue) el poco énfasis que se le hizo a esa metodología de la producción. buscar trufas o series documentales es un ejercicio que debe hacerse con muchísima rigurosidad sencillamente porque después eso facilita la vida, especialmente cuando uno no tiene olfato ni recursividad (símil entre periodista e historiador). claro, la sola confección de una serie documental es ya un trabajo que exige mucho. pero entonces muchos trabajos, por motivos de tiempo y dinero (gastos de preproducción), me imagino deben recurrir a corpus que ya están hechos. el costo de preproducción de mi proyecto de tesis, por ejemplo, era 40 millones de pesos.
November 9th, 2006 at 18:08
A Lanark: ¿a qué otros científicos sociales se refiere? ¿Qué quiere decir con corpus electrónicos de información? Porque si por “corpus de información” hablamos, por ejemplo, de JSTOR o el mismo Teoma, o las páginas de las universidades en las que se publican ciertas cosas, tiendo a creer que ocurre lo contrario.
No sólo eso: se que en Sociología se está haciendo simulación controlada por computador (y lo se porque participé en el proyecto), y que en general el manejo de la mayoría de la información se hace de forma digital, ya sea con programas como SPSS (estadísticas) o el manejo virtual de bitácoras de investigación por partede equipos de distintas partes, por ejemplo.
Creo que el problema es de malentendido. En CS la información sigue produciéndose de forma lineal en textos y bloques argumentativos-teóricos-explicativos, no hipertextual ni interactiva. Así se trabaja y pues ni modo, por eso toca producir documentos de papel, tinta y letras con serifas que tanto molestan a los gurús de la mal llamada “sociedad de la información”.
A Juglar: su posición respecto a su escuela es muy muy curiosa…me da la impresión de que tiene “fe selectiva” en la academia.. o mejor dicho… ud debio haberse graduado de sociólogo, no de historiador: los sociólogos si pueden “proponer”
November 9th, 2006 at 20:03
Juglar: la vieja se llama Ann Blandford, y es la directora del “Human–Computer Interaction Centre” del University College de Londres. Los proyectos del centro de los que ella habló, fueron contratos de grandes universidades o empresas con la biblioteca británica, o cosas así, para precisamente utilizar recursos informáticos para médicos, abogados, científicos, historiadores, sociólogos, antropólogos, etc. De los que más habló fue de los primeros. Acá en el Reino Unido, desde luego, nos llevan siglos digitalizando cosas, pero aún falta mucho para que realmente la comunidad académica le saque jugo a esos recursos. Para tu caso particular, seguramente un estudiante de acá encontraría mucho más video digitalizado ya hecho para utilizar, que su homólogo colombiano.
Conozco de cerca el caso de alguien que ha tenido que sacar úlcera en la Fundación Patrimonio Fílmico para que, siendo investigadora acreditada, le den más acceso a materiales varios, que si fuera un colegial buscando cosas para una tarea. Y no sólo hablo de cintas; también de libros que no quieren prestarle porque no los quieren buscar en ese desorden.
Allá manejan unas estructuras de poder que se basan en la administración de fuentes clave de información; si uno tiene un padrino capaz de “pagar el favor”, puede ir a cualquier institución de esas a consultar cualquier cosa. Pero esas estructuras, precisamente, se desploman (o por lo menos cambian radicalmente) cuando se hace más amplio y eficiente el acceso a la información.
November 9th, 2006 at 20:14
lanark:
es verdad. los archivos patrimonializados y que hacen parte de redes clientelares están lejos de cualquier sueño. el archivo general de la nación tiene todos los vicios y las virtudes, pero son más estas últimas, afortunadamente. contrasta incluso el pésimo servicio de la hemeroteca de la luis angel, a donde hay que ir a pedir permiso para poder ver los periódicos de hace unos cuantos años (10 años para acá) y ni hablar de la nula disponibilidad de retroproyectores de microfilmación. de resto la biblioteca todos sabemos que es muy buena.
November 9th, 2006 at 20:16
Jose:
La misma Ann no fue clara al decir cuáles científicos sociales. Creo que, sobre todo, se refería a los que trabajan con fuentes primarias, como grabaciones viejas de entrevistas, cuadros antiguos, documentos viejos, etc. Principalmente historiadores, pero también, supongo, podrían ser antropólogos o incluso sociólogos muy especializados.
¿qué clase de corpus? No me refería a las bases de datos de artículos, que son realmente algo muy similar a una buena biblioteca llena de journals, con textos discursivos que usualmente no son fuentes primarias, y cuya posesión no suele generar relaciones de poder.
El uso de herramientas informáticas para manejar formas más simples de información (datos numéricos) no es algo tan nuevo, para que se estudie el cambio social que comienza a producir. Desde los computadores de tarjeta perforada, ya Bordieu, por ejemplo, hacía un uso magistral de la estadística (el es sociólogo, por si acaso) y desde que salió el trabajo de Axelrod sobre la cooperación, en los 80s, se puso de moda hacer simulaciones en computador para fenómenos sociales. Tal vez a algunos científicos sociales colombianos les haya llegado la moda dos décadas después, pero no creo que esté causando un remezón, de todos modos.
November 9th, 2006 at 20:26
Me queda una duda en el comentario de Jose… ¿a cuáles gurúes de la “sociedad de la información” les molesta el texto argumentativo?
Si es a los posmodernos, pues frescos, a esos nadie serio los toma en serio. Donde yo trabajo (podría decirse que hay por ahí algún “gurú” de la informática) muchos trabajan en el análisis del lenguaje natural, de la argumentación no matemática, y yo mismo, considero al texto lineal y-todo-eso algo tremendamente valioso, que de manera alguna hay que reemplazar por dibujitos en colorcitos, o por muñequitos lobos que hacen piruetas en la pantalla.
November 9th, 2006 at 20:33
Hola Juglar:
Mira, la telepatía existe, yo andaba pensando algo similar en estos días. Yo creo que los titulos largos, aburridos y que prentenden ser divertidos y a la vez explicar todo el trabajo de archivo en 2 líneas no son defecto atríbuible sólo a los historiadores. (Aunque reconozco que pecamos muy a menudo). Ahora que trabajo en una biblioteca y por mis manos pasan libros de todas las esquinas del contiente de todo el espectro de las ciencias sociales, tengo otra hipótesis: los títulos fanfarronudos y enredados son un rollo cultural de los chilenos, los colombianos y algunos brasileros. El resto suelen echar menos mierda (no siempre, no siempre). Las cosas que he visto… ;-)
un abrazo
November 9th, 2006 at 21:13
Si yo fuera hacer un articulito chimbo llamado: Periodismo Ciudadano Digital. Pasado, presente y futuro de los weblogs.
¿Cuáles son las fuentes (o tipos) que debiera utilizar?
November 9th, 2006 at 21:47
ciudadano:
huy… pues los mismos blogs. technorati es importante para saber cuántos blogs había y cuántos hay y de dónde vienen y así. por ahí debe haber ya varios libros de cyberetnografías… obviamente periódicos o prensa de internet para medir el impacto de los bogs, entre ellos la forma como reaccionan a los hechos así como la opinión de los medios tradicionales sobre el fenómeno, que suele ser si no escéptica, despectiva.