Mi gente confundida
Como tantas cosas, el funcionamiento de Google, para mí, pertenece aún al estadio teológico o al metafísico del conocimiento. Es como saber que si toco el interruptor se enciende la luz y se acabó: el buscador es poner la palabra, dar enter y ya. Por ejemplo, no entiendo el Google bombing y considero que quienes lo hacen son unos ñoños desocupados, como los que hacen applets con scripts que roban números IP obtenidos honestamente.
Entonces no sé ahora por qué si alguien busca imágenes de Bogotá en Google sale en primer lugar una foto que alguna vez enlacé desde aquí —precisamente cuando escribía sobre las imágenes «googleadas» de Bogotá—, que remite a este chuzo y que muestra un procedimiento quirúrgico, al parecer muy difundido, llamado bolsa de bogotá o Bogotá o bogota. La foto es muy desgradable pues muestra a un tipo abierto por el estómago, con una capa de plástico que hace las veces de peritoneo.
De un momento a otro comenzaron a llegar comentarios por montones a esa entrada, casi dos años después de haberla publicado. Un comentario dice que debería borrar la entrada por andar difundiendo una mala imagen de Bogotá; los demás me agradecen por el supuesto intento que hago por mejorar su imagen con lo que escribí. Y curiosamente todos están escritos en ese ridículo e ingenuo lenguaje de «indignación capitalina» que es la razón de ser de la entrada. No es la primera vez que sucede (e.g. «Una belleza, hermano»), pero cada vez que pasa me aburre muchísimo.
Así que de nuevo agradezco a quienes saben dialogar con lo que escribo, porque han llegado a conocer mi faceta escrita después de relacionarse con ella por un cierto tiempo. Agradezco a esos lectores que no necesitan notas con explicaciones, a los que ofrecen interpretaciones inesperadas, aportes novedosos o críticas de cualquier tipo; a los que se molestan o se ríen con razón. Incluso, y lo saben, agradezco a los que ofrecen, cortesmente y por igual, sicoanálisis y amenazas. Todos son muy apreciados por su paciencia y fidelidad y siempre es un placer tener motivos para darnos en la jeta en los comentarios, en otros blogs o en la inhóspita calle, según salga.
Bueno, igual nunca me van a hackear.
May 22nd, 2016 at 14:36
Wow, this paragraph is fastidious, my younger sister is analyzing such things,
thus I will let know her.
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