In vino veritas
Borrachos, él y yo, en el mismo bus, pasada la media noche. Callado yo, con el viento frío en la cara, mareado, comencé a oírlo. Sabía que era él por sus consignas y su voz reblandecida que combinaban bien con cresta y sus botas. El bus iba muy rápido pero a él no le daba esa impresión y reprendió al gran público con una frase a la vez pendeja y enigmática, a la que entonces encontré muy elocuente:
«La mejor manera de hablar es no decir nada.»
October 8th, 2007 at 06:09
Dizque los borrachos y los niños siempre dicen la verdad. Me imagino que los que son ambas cosas, aún más.